MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por investigadores del Karolinska Institutet (Suecia), con la participación española del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), ha identificado un fármaco candidato para el tratamiento del hígado graso no alcohólico (HGNA).
Se trata de un hallazgo que resulta prometedor, ya que, en la actualidad, no existe ningún tratamiento para la enfermedad, que afecta a muchas personas con diabetes de tipo 2 y que puede derivar en otras enfermedades hepáticas graves.
El estudio preclínico, publicado en la revista 'Journal of Hepatology', indica que un anticuerpo que bloquea la proteína VEGF-B presenta una posible opción terapéutica para la enfermedad del hígado graso.
"El hígado graso está asociado a varias enfermedades graves y a veces mortales", afirma la primera autora del estudio, Annelie Falkevall, investigadora del Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del Karolinska Institutet. "Con el principio terapéutico que hemos desarrollado, podría ser posible prevenir el hígado graso y, con suerte, reducir el riesgo de insuficiencia hepática y cáncer de hígado terminal", expresa.
Desde hace décadas, la obesidad y el sobrepeso son una enfermedad común en todo el mundo que, entre otros problemas, ha provocado un fuerte aumento de la incidencia de la diabetes de tipo 2.
AUMENTO SIGNIFICATIVO DEL RIESGO DE CÁNCER DE HÍGADO
El sobrepeso crónico y la diabetes de tipo 2 aumentan el riesgo de padecer HGNA, que es la causa más frecuente de enfermedades hepáticas crónicas, como insuficiencia hepática y cáncer de hígado, en Europa y Estados Unidos.
El tejido adiposo blanco tiene una notable capacidad para almacenar energía en forma de lípidos, pero en caso de obesidad crónica, y a menudo de diabetes de tipo 2, no es suficiente y aumenta la concentración de ácidos grasos en la sangre. Por tanto, se almacenan en otros lugares, incluido el hígado. La acumulación de grasa en el hígado no solo interfiere en la secreción de glucosa y provoca resistencia a la insulina, sino que también aumenta el peligro de daños permanentes en uno de los órganos más importantes del cuerpo.
La HGNA afecta a más de 100 millones de adultos, e investigaciones anteriores indican un riesgo 17 veces mayor de cáncer de hígado en personas con HGNA. En las personas con diabetes tipo 2, la incidencia de HGNA es del 25 al 29 por ciento. En la actualidad, no existen fármacos aprobados para el tratamiento de la HGNA.
UN ANTICUERPO BLOQUEA LA LIBERACIÓN DE ÁCIDOS GRASOS
Para el estudio, que también ha contado con la participación del CSL Behring en Estados Unidos y del CSL Innovation en Australia, los investigadores tuvieron acceso a un candidato a fármaco en forma de anticuerpo contra la proteína VEGF-B (Factor de Crecimiento Endotelial Vascular B), que controla la liberación de ácidos grasos del tejido adiposo blanco.
"Hemos identificado un nuevo método de tratamiento del hígado graso que consiste en mantener los ácidos grasos en el tejido adiposo para que no se escapen y se acumulen en el hígado", explica Ulf Eriksson, autor del estudio y profesor del Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del Instituto Karolinska. "Nuestros resultados demuestran que el bloqueo farmacológico de la vía de señalización VEGB-B en ratones previene la acumulación de grasa en el hígado y reduce el riesgo de HGNA".
El estudio se realizó en ratones normales y modificados genéticamente que recibieron dietas diferentes y fueron tratados con el fármaco candidato. Los investigadores también estudiaron el tejido adiposo de 48 pacientes que iban a someterse a cirugía bariátrica. La mitad del grupo padecía HGNA y la otra mitad no.
Sus resultados revelan una clara correlación entre el nivel de señalización de VEGB-B en el tejido adiposo blanco y la presencia de HGNA. "El siguiente paso para avanzar en el desarrollo de este interesante candidato a fármaco es incluirlo en un programa de desarrollo clínico", concluye el profesor Eriksson.