Cardiología - En nuevo modelo de ratón
Una novedosa terapia génica experimental logra combatir el síndrome de Brugada
Un estudio en 'Science Translational Medicine' demuestra cómo es posible aliviar los síntomas del síndrome de Brugada en modelo murino.
El síndrome de Brugada es una peligrosa y potencialmente mortal enfermedad cardiaca. En la actualidad no existen tratamientos curativos y las opciones que hay se centran en tratar las complicaciones derivadas de él. Alrededor del 25% de estos pacientes se identifican por una mutación genética del canal de sodio, en el gen SCN5A. Usando esta mutación como diana, un grupo de investigadores dirigidos por Gang Yu ha desarrollado una novedosa terapia génica que ha obtenido resultados prometedores en modelos de ratón.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Science Translational Medicine y suponen un primer paso hacia la búsqueda de un tratamiento curativo del síndrome de Brugada, lo que supondría todo un hito para esta patología. “Sin duda es algo prometedor y podría ser muy importante para un subgrupo de pacientes que presentan esta mutación genética. No es la solución para todos, pero si se consigue probar esto mismo en modelos de animales más grandes comparables al corazón humano podría llegar a plantearse como un tratamiento curativo”, explica Andreu Porta-Sánchez, médico e investigador de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínic i Provincial de Barcelona y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS).
Desarrollando un nuevo modelo de ratón
La investigación que ha dirigido Gang Yu comenzó primero con la creación de un modelo de ratón para el síndrome de Brugada, un primer paso crucial para todo el trabajo que desarrollaron posteriormente. “Es un trabajo muy interesante en este sentido, ya que han inducido una mutación en uno de los genes que codifica el canal de sodio, que es el responsable en parte del síndrome de Brugada. Con esto han conseguido reproducir de forma bastante razonable ciertos aspectos de la enfermedad en ratones”, comenta Andreu Porta-Sánchez.
De esta forma se logró por ejemplo que estos ratones tuvieran una mayor incidencia de arritmias, tanto ventriculares como auriculares, y también una mayor incidencia de muerte súbita. El modelo, no obstante, no es perfecto y algunos aspectos de la enfermedad no se lograron recapitular tan bien como en humanos. “Esto puede ser inherente a las diferencias del corazón del ratón con respecto al corazón humano”, añade Porta-Sánchez.
Superar el escollo de una proteína demasiado grande
Una vez que el equipo de investigadores ya contaba con el modelo de ratón, la segunda parte del trabajo consistió en desarrollar la terapia génica que pudiera combatir la enfermedad. En este paso el equipo dirigido por Gang You se encontró con la dificultad de que la secuencia de SCN5A es demasiado grande para poder emplear un vector viral como es habitual en las terapias génicas actuales y que es el encargado de introducir la proteína que corrige la mutación. “Lo que han hecho para superar esta dificultad es corregir uno de los componentes que se encarga del transporte de esta proteína a la membrana celular. Y, consiguiendo eso, han logrado mejorar la expresión en la membrana celular de los canales de sodio normofuncionantes”, añade el investigador del IDIBAPS.
El equipo de investigadores que ahora ha publicado este estudio en Science Translational Medicine propone incluso que esta misma técnica podría utilizarse para el tratamiento de otras arritmias, aunque Porta-Sánchez considera que esto no es tan sencillo. “No es sencillo encontrar estas enfermedades que tienen el mismo mecanismo y no es sencillo tampoco encontrar ese punto regulador clave que ellos han tenido la fortuna de encontrar en este caso”.
Siguientes pasos en la investigación
Los resultados obtenidos han sido muy prometedores, y sin duda alientan a seguir llevando a cabo trabajos de investigación en este sentido. El siguiente paso será el conseguir un modelo de mamífero grande, lo cual tiene sus ventajas pero también inconvenientes añadidos, como muy bien explica Porta-Sánchez. “La ventaja es que estos corazones son totalmente comparables con los humanos. Pero la desventaja es que la terapia génica está en una fase de desarrollo insuficiente, ya que los niveles de infección por el virus adenoasociado en la actualidad no son suficientes para corregir la enfermedad a nivel cardiaco. Este es un paso que se está intentando dar pero que aún está en fase de desarrollo”.
Si se logran superar todos estos escollos, en un futuro sería posible que un porcentaje de pacientes del síndrome de Brugada contaran por fin con un tratamiento curativo. Hoy en día estos pacientes solo disponen de la opción de un desfibrilador implantable cuando tiene un alto riesgo de sufrir muerte súbita o si la han sufrido y se han recuperado, habiendo también la opción de fármacos si este implante no es posible. “En los últimos años ha aparecido también la posibilidad de rehabilitación con una ablación por radiofrecuencia a nivel epicárdico, pero sigue siendo una terapia que no se considera curativa”, añade Andreu Porta-Sánchez.